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Melancolico

Martín Melancólico es el más rico de todos los temperamentos. Es un tipo analítico, abnegado, dotado y perfeccionista con una naturaleza emocional muy sensible. Nadie consigue más disfrute de las artes que el melancólico.
Por naturaleza, es propenso a la introversión; pero, debido al predominio de sus sentimientos, es dado a una variedad de talantes. Algunas veces estará en las alturas del éxtasis, lo que le hará actuar de una manera más extrovertida. Sin embargo, en otras ocasiones se encontrará sombrío y deprimido, y durante estos períodos se encierra en su concha y puede llegar a ser bastante antagonista. Martín es un amiga muy fiel, pero a diferencia del Sanguíneo no consigue amigos fácilmente. Pocas veces se lanza a conocer gente, sino que deja que le vengan a él. Quizás sea el más fiable de los temperamentos, porque sus tendencias perfeccionistas y su fina conciencia no le permiten esquivar a nadie ni abandonar a nadie cuando están contando con él. Su reticencia a ponerse en primera línea es a menudo tomada como indicación de que no le gusta la gente. Como a todos nosotros, no solo le gustan las otras personas, sino que tiene un intenso deseo de ser amado por ellas. Sin embargo, encuentra difícil expresar sus verdaderos sentimientos. Las experiencias frustrantes le han hecho desconfiado a aceptar a la gente tal como se presentan; así, es propenso a la sospecha cuando otros lo buscan o llenan de atenciones. Su excepcional capacidad analítica le hace capaz de diagnosticar con precisión los obstáculos y peligros de cualquier proyecto en el que tenga una parte. En ello se halla en acusado contraste con Colérico, que raramente prevé ningún problema ni dificultad, sino que está confiado en poder afrontar cualquier crisis que pueda surgir. Esta caracterfstíca hace que frecuentemente el melanc6lico seareticente a iniciar algún nuevo proyeto o que entre en conflicto con aquellos que desean emprenderlo. Ocasionalmente, en un momento de éxtasis emocional o de inspiradón, puede producir alguna gran obra de arte o algo genial. Pero estos logros van generalmente seguidos de períodos de gran depresión. Martín Melancólico halla por lo general su mayor significado en la vida a través del sacrificio personal. Parece deseoso de ir al sufrimiento, y a menudo elige una vocación difícil que requiere un gran sacrificio personal. Pero una vez la ha elegido, es propenso a ser muy directo y persistente en su seguimiento de esta vocación y más que probablemente logrará un gran bien si su tendencia natural a afligirse y quejarse (debido al sacrificio) no lo lleva a tal depresión que lo abandone totalmente. No hay ningún temperamento que tenga tanto potencial natural cuando es energizado por el Espíritu Santo como el melancólico.

FORTALEZAS
Por lo general, los melancólicos tienen el I.Q.' más elevado que cualquier miembro de la familia. Pueden tener talento musical, artístico o atlético. En algunas ocasiones encontrarás todos estos rasgos en una persona.
El señor Melancólico tiene con mucho la naturaleza más rica y sensible de todos los temperamentos. El mayor porcentaje de genios son melancólicos antes que de los otros tipos. Particularmente se destacan en las bellas artes, con un inmenso aprecio por los valores culturales de la vida. Es emocionadamente reactivo, pero, a diferencia del sanguíneo, es motivado a un pensamiento reflexivo a través de sus emociones.
El señor Melancólico es particularmente propenso a la reflexión creativa, y durante períodos emotivos elevados se lanzará a una invención o producción creativa digna de todo su esfuerzo y de gran valía. El señor Melancólico tiene fuertes tendencias perfeccionistas. Su norma de excelencia excede a la de los demás, y sus demandas de aceptabilidad en cualquier campo son a menudo más elevadas que las que ni él ni nadie puede sostener. Las capacidades analíticas del melancólico, combinadas con sus tendencias perfeccionistas, hacen de él un gran detallista. Siempre que se sugiere un proyecto, el señor Melancólico lo puede analizar en unos pocos momentos y descubrir cada problema potencial existente. Uno siempre puede confiar en que una persona melancólica acabará su trabajo en el tiempo prescrito o que llevará su parte de la carga. El señor Melancólico raras veces desea estar en la luz pública, sino que prefiere llevar a cabo un trabajo detrás de las bambalinas. A menudo elige una vocación muy abnegada para su vida, porque tiene un deseo insólito de entregarse para la mejora de sus semejantes. Es propenso a ser reservado, y raramente expresará su opinión o ideas. Los temperamentos melancólicos son individuos extremadamente autodisciplinados. Raramente comen en exceso o se permiten sus propias comodidades. Cuando se dedican a una tarea, trabajarán todas las horas necesarias para cumplir los plazos estipulados y sus propias elevadas normas .
Una de las razones por las que pueden caer en una profunda depresi6n después de haber .finalizado un gran proyecto es debido a que se han descuidado tanto llevando la tarea a su fin sin dormir ni comer lo suficiente, y dejando a un lado las diversiones, que quedan literalmente agotados, tanto ffsica como emocionalmente.

DEBILIDADES

Las admirables cualidades de perfeccionismo y de conciencia a menudo llevan consigo las serias
desventajas de negativismo, pesimismo y un espíritu de crítica. Todo el que haya trabajado con un melancólico dotado puede anticipar que su primer reacci6n ante todo será negativa y pesimista. Este solo rasgo limita el comportamiento vocacional del melancólico más que cualquier otro. En el momento en que se presenta una nueva idea o proyecto, su capacidad analítica se dispara y empieza a concebir todos los problemas y dificultades que puedan surgir en el empeño. La influencia más dañina sobre la mente de una persona, en mi opini6n, es la crítica; y los melancólicos tienen que luchar contra este espíritu constantemente. Me he dade cuenta de que la mayor parte de niños sicológicamente perturbados provienen de casas de padres predominantemente melancólicos. Los coléricos son difíciles de complacer; los melancólicos son imposibles de satisfacer. Incluso cuando los hijos llegan a casa con notables, el padre hará una mueca de insatisfacción porque no consiguieron sobresalientes. En lugar de alabar a sus esposas y alentarlas, los melanc6licos las critican, censuran y vituperan. Incluso cuando se dan cuenta de la importancia que tiene la aprobación para su esposa e hijos, les es difícil darla porque no pueden soportar la mancha de la hipocresía de decir algo que no es 100 por ciento verdad. La misma elevada norma es por lo general usada por el melanc6lico para introspeccionarse, haciendo que se encuentre muy poco satisfecho consigo mismo. El examen propio es, naturalmente, una cosa saludable para todo cristiano que quiera caminar en el Espíritu, porque con ello consigue el conocimiento de que tiene que.confesar sus pecados y buscar el perdon del Salvador (1 Jn. 1:19). Pero el rÍ1~6Iico no está satisfecho examinándose a sí mismo; se disecciona con unas continuas andanadas de introspecci6n hasta que no le queda ninguna confianza propia ni estima propia. Toda en la vida es interpretado por el melancólico en relaci6n consigo mismo. Tiende a compararse con otros en apariencia, talento e intelecto, sintiéndose invariablemente deficiente debido a que nunca se le ocurre que está comparándose con los mejores rasgos de los demás y deja de evaluar sus debilidades. Está constantemente examinando su vida espiritual y normalmente sale deficiente para sus propias normas. Esto le impide gozar de confianza ante Dios. Un melancólico encuentra difícil creer que está "aprobado por Dios", básicamente debido a que apenas si puede aprobarse a sí mismo. Este rasgo de egocentrismo, junto con su sensible naturaleza, hace que el melanc6lico sea supersensible
y susceptible en ocasiones.
Aunque no expresa tanto su ira como el sanguíneo y el colérico el melancólico es capaz de experimentar una ira que brilla a largo plazo y que se expresa por medio de pensamientos vengativos y de ensueños de auto-persecuct6n. Si se anida esta actitud durante mucho tiempo, puede hacer de él un maníaco-depresivo o al menos hacer que estalle una explosión de ira insólita en su naturaleza normalmente gentil. Una de las características más prominentes del temperamento melancólico tiene que ver con sus giros de humor. En álgunas ocasiones está tan "alegre" que actúa como el sanguíneo; en otras se encuentra tan "deprimido" que se siente con ganas de deslizarse por debajo de la puerta en lugar de abrirla. Cuanto más ayor se hace (a no ser que sea transformado por una relación vital con Jesucristo), tanto más propenso se verá a experimentar humores sombríos. Durante estos períodos es huraño, irritable, infeliz, y totalmente imposible de complacer. Este humor lo hace particularmente vulnerable a la depresión. Hace tres años leí un artículo sobre la depresión en Newsweek, en él se afirmaba: "La depresión es la epidemia emocíonal de nuestros tiempos. Entre 50.000 y 70.000 personas deprimidas cometen suicidio cada año". Habiendo dado orientación a más de 1.000 personas deprimidas para entonces, me vi empujado a escribir un libro "Cómo vencer la depresión", que vino a ser un éxito de librería en sólo tres meses. Todo el que tenga un problema de depresi6n, particularmente un melancólico, debiera hacer de 1 Ts. 5:18 un estilo de vida: "Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús". No puedes regocijarte y dar gracias por algo mientras te mantienes en un estado de depresión. No hay ningún otro temperamento que sea tan propenso a ser rígido, implacable e intransigente hasta el extremo de lo irrazonable como el melancólico. Es intolerante e impaciente con los que no ven las cosas como él; en consecuencia, encuentra difícil jugar en un equipo y es a menudo un solitario en el mundo de los negocios, pero en el hogar es muy diferente. Una esposa e hijos sometidos a unas normas tan rígidas se volverán frecuentemente inseguros e infelices y habrá ocasiones en que lo dejarán por imposible. Una vez aprenda que la flexibilidad y la cooperación son el aceite que hace que las relaciones interpersonales funcionen con suavidad, será una persona más feliz, y también lo serán los que están a su alrededor. Hemos visto que el melancólico es un idealista, rasgo que señalamos como fortaleza. Sin embargo, la otra faceta de esta característica es que es propenso a ser poco práctico y muy teórico, a menudo lanzado a una campaña por un ideal que es tan altruista que nunca funcionará Un melancólico siempre debería someter sus planes a prueba para determinar su funcionalidad. Dios ha usado a muchos melancólicos que le han consagrado sus talentos. De hecho, muchos de los caracteres registrados en la Biblia eran melancólicos. Sin embargo, la clave del éxito de ellos no residió en su temperamento, talentos o dotes, sino en su consagración al Espíritu Santo.