ESTE SÁBADO 27 TENDREMOS REUNIÓN A LAS 19:30hs NO FALTES!!

INTRODUCCIÓN

El temperamento influencia todo lo que haces. Desde los hábitos de dormir a la manera de comer y la forma en que tratas con otras personas.

Humanamente hablando, no hay en tu vida una influencia más poderosa que la de tu temperamento o combinaci6n de temperamentos. Esta es la raz6n de que sea esencial que conozcas tu temperamento y que puedas analizar el temperamento de otras personas, no para condenarlas, sino para poder optimizar tu potencial y capacitarlos a optimizar el suyo.

El sanguíneo habla acerca del tiempo, de los amigos, y de un centenar de cosas antes de afrontar el verdadero problema.

El colérico va directo al grano. El (o ella) quiere que tú corrijas a su cónyuge a fin de poder tener una plácida vida hogareña.

La melancólica suspira profundamente al sentarse con su depresi6n, autocompasi6n e infelicidad grabados en su rostro.

La flemática pocas veces llega a concertar una cita, y cuando lo hace necesita la mayor parte de su primera media hora para cebar su bomba de conversación.

Estas personas no tienen el temperamento que tienen debido a que actúen así. Al contrario, actúan de la forma en que lo hacen debido a sus temperamentos. Algunos de nuestros actos son sutiles, como gustos o preferencias, en tanto que otros involucran perspectivas y actitudes, e Incluso maneras de pensar. Apenas si hay una función en la vida que no esté influenciada por el temperamento. Así, será mejor que determines tu temperamento y que lo dirijas coherentemente hacia el mejor estilo de vida para ti y tu familia. De otra manera, tu temperamento te dirigirá a ti de una manera subconsciente.

El temperamento es una combinación de característícas que heredamos de nuestros padres. Nadie sabe donde reside, pero creo que se halla en algún lugar de la mente o del centro emocional (a menudo denominado "corazón"). De esta fuente se combina con otras características humanas para producir nuestra estructura básica. La mayor parte de nosotros estamos más conscientes de su expresi6n que de su función. Es el temperamento de una persona lo que la hace abierta y extrovertida o tímida e introvertida. Es indudable que conoces ambos tipos de personas nacidas de los mismos padres. De una manera similar, es el temperamento lo que hace que unas personas se entusiasmen por el arte y la música, en tanto que otras se centran en los deportes o en la industria. De hecho, he conocido notables músicos cuyos hermanos carecían totalmente de oído para la música.

El temperamento no es, naturalmente, la única influencia sobre nuestro comportamiento. La temprana vida en el hogar, la ínstruccíón, la educaci6n y la motivación constituyen también poderosas influencias sobre nuestras acciones a través de la vida. El temperamento, sin embargo, es la influencia número uno en la vida de la persona, no sólo porque es lo primero que nos afecta, sino porque, como la estructura corporal, el color de los ojos, y otras características físicas, nos acompaña a través de la vida. Un extrovertido es un extrovertido. Puede que trate de ocultar la expresión de su extroversi6n, pero siempre será un extrovertido. Similarmente, aunque un introvertido pueda salir de su concha y actuar más agresivamente, nunca será transformado en un extrovertido. El temperamento establece amplias líneas conductoras en las pautas de comportamiento de cada uno, influenciando a la persona durante toda su vida.

De un lado tiene sus fortalezas, del otro, sus debilidades. La principal ventaja de aprender acerca de los cuatro temperamentos básicos es descubrir tus fortalezas y debilidades más pronunciadas a fin de que con la ayuda de Dios puedas vencer tus debilidades y tomar la máxima ventaja de tus fortalezas. De esta manera podrás cumplir hasta el máximo tu destino persona!. El temperamento se hereda genéticamente, e indudablemente quedó afectado por la caída de Adán. Esta es la razón por la que todos nos identificamos con el deseo de hacer lo bueno mientras que a! mismo tiempo poseemos un deseo de hacer lo malo. El Apóstol Pablo sentía índudablernente lo mismo cuando dijo: "...el querer el bien lo tengo a mi alcance, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso es lo que pongo por obra. Y si lo que no quiero, eso es lo que hago, ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mí". (Ro. 7:18-20)

Pablo diferenci6 entre sí mismo y aquella fuerza incontrolable en el interior diciendo: "Ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí". El "Yo" es la persona de Pablo, el alma, la voluntad, y la mente del hombre. El "pecado" que moraba en él era la naturaleza humana que él, como todos los seres humanos, había heredado de sus padres.

Esta naturaleza básica que todos hemos heredado de nuestros padres recibe varios nombres en la Biblia: "el hombre natural", "la carne", "el viejo hombre", y "simiente corruptible", para mencionar unos pocos. Ella provee los impulsos básicos de nuestro ser a! buscar nosotros satisface! nuestras necesidades. Para comprender apropiadamente su control sobre nuestras acciones y reacciones, deberíamos distinguir cuidadosamente entre temperamento, carácter y personalidad.

El temperamento es la combinaci6n de características con las que nacemos y que afectan subconscientemente el comportamiento humano. Estas características están dispuestas genéticamente sobre la base de nacionalidad, raza, sexo y otros factores hereditarios, y son transmitidas genéticamente. Algunos psicólogos sugieren que recibimos más genes de nuestros abuelos que de nuestros padres. Ello podría dar la explicaci6n de la mayor semejanza de algunos hijos a sus abuelos que a sus padres. La manifestaci6n de las características del temperamento es tan impredecible como el tamaño o el color de los ojos, y del cabello.

El carácter denota el verdadero tú. la Biblia se refiere a esto como" el hombre escondido del corazón". Es el resultado de tu temperamento natural modificado por la instrucci6n, educaci6n, actitudes básicas, creencias, principios y motivaciones recibidos en la infancia. En ocasiones se denomina como "el alma" del hombre, constituida por la mente, emociones y voluntad. La personalidad es la expresi6n externa de la persona, que puede ser o no lo mismo que el carácter, dependiendo de lo genuinoS que seamos. Con frecuencia, la personalidad es una agradable fachada que esconde un carácter desagradable o débil. (Muchas personas pasan por la vida aparentando ser la persona que ellos creen que deben ser, o la que quieren mostrarle a los demás que son, en lugar de actuar como realmente son). Esta es una fórmula para el caos mental y espiritual. Tiene su origen en el seguimiento de la f6rmula humana para una conducta aceptable, que pone su énfasis en lo externo. La Biblia nos dice "El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón" (1 S.16:7), y "Tu corazón ... porque del él mana la vida" [Pr. 4:23). El lugar para cambiar el comportamiento del hombre es el interior del hombre, no el exterior. Resumiendo, el temperamento es la combinación de características con las que nacemos; el "carácter" es nuestro temperamento "civilizado"; y la personalidad es "el rostro" que mostramos a los otros. Debido a que los rasgos del temperamento los recibimos genéticamente de nuestros padres y por ello son impredecibles, se deberían mantener en mente algunos de los factores que influencian el temperamento. La nacionalidad y la raza son probablemente los factores que juegan la parte más importante en la formación de nuestro temperamento en las heredado.

El sexo de una persona también afecta su temperamento, especialmente en la esfera de las emociones. Se considera, por lo general, que las mujeres son emocionalmente más expresivas que los hombres. Incluso la más dura de las mujeres llora en ocasiones, en tanto que algunos hombres jamás lloran.

Los rasgos del temperamento, tanto si están controlados como si no, persisten a través de la vida. Cuanto más envejecemos, sin embargo, tanto más tienden a ablandarse y suavizarse nuestros rasgos duros y bruscos. El hombre aprende que si debe vivir en paz con su compañero, es mejor destacar sus fortalezas naturales y dominar sus debilidades. Muchos consiguen éxito en el desarrollo de su carácter y en la mejora de su personalidad, pero relativamente pocos pueden cambiar sus temperamentos. Aunque sí es posible modificar de tal manera el temperamento que uno llegue a parecer una persona totalmente diferente. Pero hacer esto demanda ayuda externa, y esto se tratará extensamente en un capítulo posterior, pero en primer lugar, deberíamos conocer los cuatro temperamentos.